Hecho sin precedentes hasta la fecha en las oficinas de los Servicios Tributarios de Ceuta donde un contribuyente podría haber sido tratado con cortesía.
Juan Garrido acudía como cada trimestre a hacer la autoliquidación del IPSI cuando nada más entrar por la primera planta del Ceuta Center era recibido con amabilidad y alegría. Así lo ha relatado a este medio un autónomo muy sorprendido por la cordialidad del trato que ha confesado que nada más llegar los señores de la puerta lo recibieron con un «hola buenos días amigo contribuyente», con una sonrisa enmarcada de oreja a oreja. Seguido de un atento «¿en qué te podemos ayudar querido paisano en esta bonita mañana de lunes levantoso?», contaba aún con ansiedad, agitación y temblores, efectos propios del estado de shock sufrido.
Otros autónomos denuncian flagrante trato de favor
Bullicio laboral en la oficina, todos en su sitio, repicar a un ritmo incesante de los teclados de los ordenadores y aforo completo, «nadie está de puente, ni de días pendientes, ni se han ido a redesayunar porque ¡todos se han tomado las tostadas en casa!», relataba sorprendido mientras hiperventilaba. Igualmente este sufrido autónomo, que de normal es ignorado hasta por las máquinas, confesaba que nunca había visto a tanta gente, trabajando, en ese sitio. No obstante, otras fuentes consultadas hablan de favoritismo en el trato a este autónomo cuando de normal hay que decirle, ya a los de la entrada, «tres veces buenos días para que se dignen a medio girar la cabeza» y de reojo te digan «qué».
Este suceso sin precedentes ha hecho que la voz se empiece a correr y ya se cuenta en los bares la historia de ese muchacho que fue tratado afectuosamente en el IPSI. Sin embargo, como nadie más ha visto en esa oficina todas las mesas ocupadas de algo más que papeles o una sonrisa furtiva, si no es porque se están contando un chiste, son muchas las preguntas que aún permanecen sin respuesta. Según expertos consultados por WikiCeuta existe la posibilidad de que este autónomo, como suele ser habitual, haya sufrido un trauma consecuencia de la engorrosa y pesada declaración trimestral de IPSI e IRPF. «Vamos, que al final todo ha sido un sueño», concluían.
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