Carracao le coge miedo al barco, y a trabajar, pero seguirá madrugando

José Antonio Carracao ha anunciado que deja el Ayuntamiento de Algeciras porque «esto de trabajar es muy cansado» además de, por cierto «miedo al barco» por culpa de una limpiadora que «me miraba mal y recordaba a la bruja del tren del escobazo».

«Ya sé que no llevo ni cuatro meses trabajando, pero es que le echaba muchas horas y me he dado cuenta de que esto de trabajar cansa». Así explicaba el secretario general del PSOE de Ceuta, José Antonio Carracao, los motivos por los que ha solicitado una excedencia en el Ayuntamiento de Algeciras. «No quiero que nadie malinterprete mis palabras» pero «con la tontería he echado más horas por los maleteros que por los ceutíes porque en Algeciras no hay un Aróstegui y me dejan hablar. Así que lo dejo, le he cogido miedo a sentirme útil», se confesaba. Una decisión que según sus palabras demuestra su «verdadera y sincera devoción para con mi tierra, Ceuta, y sus gatos«.

En este sentido, el líder socialista ha confirmado que podrá dedicar más tiempo a otra de sus grandes pasiones, la cocina, en especial la elaboración de potajes de olla grande y profunda. «Por cierto, que no se me olvide nadie que en marzo tenemos una asamblea», avisaba. En relación a su futuro, Carracao se ha mostrado tajante, «sólo seré diputado y portavoz del PSOE en la Asamblea pero seguiré levantándome temprano, aunque en vez de ir a Algeciras, iré al mercado porque yo soy mucho de productos frescos». De esta forma, el socialista retoma de pleno su vida política en Ceuta, «lo que me dejará más tiempo para mis garbanzos con choco, mis lentejas o mi ‘cocidito'».

Respecto a su decisión Carracao ha asegurado que «ha sido muy meditada» porque «he hecho muchas amistades en Algeciras y es una ciudad preciosa». A lo que añade, «es tan bonita que prefiero no verla a diario, por si acaso me gusta más que Ceuta». Igualmente, ha reconocido que otro factor clave ha sido el barco, «no es que me importara dejarme medio sueldo en el billete, tenía muchos puntos Baleària, pero es que había una limpiadora que me miraba mal todas las mañanas y me recordaba a la bruja/o del tren de los escobazos. Y por las noches no podía dormir con miedo a que apareciera y me arreara», comenta. Un trauma que de momento no se ha diagnosticado como alergia al trabajo pero los expertos ya auguran una complicada recuperación.