Los primeros indicios apuntaban a que «no estaba muerta, estaba de parranda». Siglos más tarde se encontró una nota a sus pies, «Hércules, avisa cuando puedo moverme», pero las pesquisas policiales no han permitido localizar al tal Hércules.
El paso del tiempo y la mejora en las técnicas de investigación no han jugado a favor del supuesto caso de la ‘Mujer Muerta’, también conocida como ‘Yebel Musa’. La Policía Nacional, junto a agentes de la Guardia Civil, Policía Local, TIA y Mehanía marroquí, han explicado en rueda de prensa que se ven obligados a cerrar el caso «por falta de pruebas. Si en próximos años se descubre algo, procuraremos taparlo todo bien y hacemos como si nada (risas) No, es broma», matizaban.
El investigador, Bartolo Veo y Oigo, ha desgranado para WikiCeuta los pasos dados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que «hemos colaborado estrechamente en las pesquisas. Por ejemplo, los compañeros marroquíes, cada veinte años dejaban de mirar para la valla, se daban la vuelta y echaban un vistazo a la mujer. Como la tienen más cerca nos avisaban de posibles novedades». Todo comenzó «hace muchos siglos, pero no los podemos concretar porque en la comisaría de la cabililla de Benzú el registro era muy rudimentario». Fue entonces cuando vecinos de Ceuta denunciaron la aparición de lo que «parecía una mujer acostada ‘tope’ grande», aseguraban los testigos. La conclusión fue que «no estaba muerta, estaba de parranda porque se encontraron cigarrillos, litronas y algunos envoltorios de preservativos a su alrededor».
El caso volvió a retomarse con la llegada de los portugueses. Según los textos traducidos por el experto en el Lusitano, Jesús Fortes, «Enrique el Navegante se enamoró de esa mujer», de la que concluyó que estaba muerta porque «el supuesto cuerpo estaba ‘mais’ duro que una roca». El último hallazgo tuvo lugar en tiempos del GIL, cuando Samprieto, dando una vuelta por la zona para buscar ubicación al campo de golf con aeropuerto, encontró una nota que ponía: «Hércules, avisa cuando pueda moverme». Prueba que removió todos los cimientos de la investigación, barajándose incluso que estuvieran «jugando al escondite, olvidándose de la muchacha». Pero «no hemos podido localizar al tal Hércules, que dicen separó el Estrecho con sus manos, y como suena a vacile, cerramos el caso por falta de pruebas. Además, sería una siesta muy larga para un adulto medio no funcionario».
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