Declaran al Homo currantis de Ceuta especie en peligro de extinción

El Homo currantis es la especie más amenazada de extinción en la ciudad con una tasa de paro del 38,4%, es un mamífero preparado en muchos casos, que vive en casa de sus padres y que no sabe lo que es madrugar desde que acudía al colegio.  

Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) no dejan lugar a la duda, la especie autóctona del Homo currantis se encuentra gravemente amenazada. Según los expertos consultados por este medio se han encendido las luces rojas de ‘warning’ al pasar a la lista de especies en peligro de extinción junto a Lapa ferrugínea de patillas anchas (Patella ferruginea) y la Pavana papelis (Jefazus de El Pueblo), en sus últimos estertores ante la falta de alimento en forma de subvención.

No obstante, aún hay razones para la esperanza de conservación al existir pequeñas reservas naturales en forma de Currantis autónomus repartidas de forma residual. Sin embargo, las autoridades alertan de la existencia del Adoratus cuñadis o maridus, otra especie similar pero muy invasora que se encuentran en pequeños grandes cotos cerrados como son las empresas públicas. Es una variación del Homo currantis y se considera muy peligrosa ya que acecha la supervivencia del ecosistema al tratarse de un depredador natural. En este sentido, y desde el otro lado de la barrera, el director provincial del INEM, Carlos Torrado, asegura que «Ceuta lo que necesita es un curso oficial de chupóptero de lo público y todo arreglado».

Desde Medio Ambiente avisan de que al tratarse de un ejemplar escaso y ya exótico, el Homo currantis es capturado para su venta como mascota, e incluso, hay quien los diseca y coloca en el salón para decorar junto al jarrón de porcelana china. El zoologo y jefe de la tribu, Juan Vivas, ha analizado unos datos que considera «quizás malos y que me revuelven el bigote». Igualmente, pide a los Homo currantis de la península que «no vuelvan a Ceuta porque nos joden las estadísticas». Para frenar estos malos números, Vivas recomienda a los ejemplares de esta especie perdidos «que se vayan con su tía la del pueblo» y «a los de aquí les vamos a repartir más petos amarillos a modo de protección y maquillaje de las siempre malignas estadísticas».