La actual crisis obliga a la adopción de fuertes medidas de austeridad por parte de las administraciones. Así lo ha decidido el Gobierno de Juan Vivas que ha importado de China 1.786 chinos, que en breve reemplazarán a los actuales funcionarios.
Si la semana pasada Francisco Márquez anunciaba su inminente renuncia a usar cera de peinado Garnier, la Fructis Stile concretamente, en favor de una de marca Día mucho más económica, el Gobierno ha determinado ahora el reemplazo del 65% de los funcionarios por eficientes chinos de China. El objetivo no es otro que mejorar la productividad y ahorrar hasta 20 euros según precisos cálculos de la Consejería de Hacienda. Éstos llegarán los próximos días tras tres semanas de viaje en cómodos cargueros desde Chuxiong. Provincia históricamente hermanada, ya que es de donde procedían los míticos transistores que tan famosa hicieron a Ceuta tiempo atrás.
Este medio ha querido pulsar la opinión de los futuros funcionarios de la ciudad autónoma. Para ello hemos hablado con Uan Chu Tri, portavoz del colectivo y único trabajador que por el momento se sabe «hasta dié palabra español». «Nosotro trabajá mucho, tú querer sello, yo ponel sello, tú entregar papel, yo registar papel», comenta Chu quien ya conoce la dura mecánica de su futuro trabajo. «Y siempre con cara muy feli», sostiene. Igualmente mostraba su alegría por las cómodas jornadas laborales de 20 horas, «mejor mucho que China, allí trabajá todo día 28 horas». Manuel Olmedo es la otra cara de la moneda, funcionario desde hace 30 años en el Registro de la Ciudad, preguntado al respecto decía lo siguiente: «a mi me da igual, me quedan 5 minutos para salir».
Desde el Gobierno de la ciudad se congratulan por la medida, calificada de pionera en nuestro país, «en Ceuta no contamos actualmente con mano de obra cualificada desde que los monos de San Amaro pueden ser directores generales». Ante las acusaciones de Juan Luis Aróstegui de que «el ayuntamiento será un campo de arroz», Márquez ha sido rotundo, «Uan Chu Tri y sus compañeros podrán ir a desayunar las siete veces reglamentarias, por lo que no van a perder derechos». «Hasta les vamos a dar una vivienda en un barracón de un viejo cuartel (foto de la noticia) donde podrán vivir en paz y armonía bajo el mismo techo los 1.786 chinos para poder hacer piña», concluía.
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