Er discurso

Manolito Lander Bräu and colegas (Dibujo: Vicente Álvarez)Ocho millone de telespestadore siguieron er discurso de Nochegüena der Felipe Sesto. Lógico, ya no era porque fuera sío er primero que da er chavá desde que er pare le dejó er negosio, ya é porque se corrió la vó de que yo lo había asesorao.

Esa mañana nos habíamo juntao unos poco en er carrillo pa tomá unas lata, pero escuché un chiflío de eso que avisan de que me había llegao un ‘guasa’, lo miré y era él, que me había mandao la foto esa der coño con el arbolito y un testo que desía : «Ya huele a Navidad» (es que es mú guarrón, como er padre). Nosotro tenemo mucha cosa en común. Nuestras vida amorosa fueron durante un tiempo paralelas. Los do nos enamoramo de unas bella comunicadoras de televisión, rostros conocido de la pequeña pantalla, como Beatrí Palomo en mi caso o Letisia Ortí en er suyo. Ér se masturbaba viendo el telediario de la uno y yo viendo ‘Er Paseo’. Yo aproveché nuestra confiansa pa preguntarle por er discurso, que como ya sabéi había levantao casi tanta espestasión como er que dio Juan Viva en TeleSeuta y me ofrecí pa darle unos consejillo, que me costa que confía muchísimo en mi intelesto:

– A vé Felipito, picha, cuéntame. ¿Lo der discurso como va?, le pregunté yo ar chiquillo.

– Pues mira, Manuel- Me dijo él mú bien puesto- Nosotros quedamos para cenar como cualquier familia tradicional cristiana y tenemos las mismas discusiones cotidianas de cualquier casa. Por ejemplo mi padre, que siempre aparece en pijama a cenar. O mi madre, que sorbe la sopa de picadillo y resulta muy molesto en la mesa. Luego está Elena, que es la que trae el pavo, o Cristina a la que hay que pelarle las gambas pa que no se manche las manos, y que me avisó de que no quería para cenar presa ibérica… Y nada, mientras terminaban el postre, unos con su torrija y otros con su cuajada, me retiro a la salita que es donde tengo la tele y mi sofalito y allí me graban los chavales durante el discurso. No obstante, Manuel, te agradecería que me dieras algún consejillo de los tuyos para templar los nervios ante tal acontecimiento.

Totá que yo ya le fui disiendo por donde tenía que tirá pa queá bien con tó la gente… Esto por aquí, eso por allí… Y parece sé que no lo hiso málamente er chiquillo pa sé la primera vé. Yo ya sabéi que la cogí mortá y ni lo vi ni ná. Por sierto, no quiero dejá pasá la oportunidá de felisitá a su hermana Cristina por er día de los inosente.

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Manolito

Soy una persona humana como otra cualquiera, con sus virtudes y sus defectos. Estudié poco, trabajé menos y tras un percance que no viene al caso me concedieron la invalidez absoluta. Desde entonces dedico mi vida a dar clases de filosofía en el kiosko del barrio. Sin mas preámbulos

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