Juan Vivas no entiende porqué ha perdido cinco escaños «si yo le doy la mano a todo el mundo»

Un Vivas enfadado y extrañado por la pérdida de votos intentaba buscar con su equipo respuestas a los resultados de «una campaña electoral de manual».

Pasadas 24 horas de las elecciones municipales, el reelegido presidente de Ceuta Juan Vivas, reflexionaba hasta la madrugada con la cúpula de su partido sobre qué había podido pasar para perder cinco escaños, lo que traducido en votos son cerca de 7000 personas las que han dejado de confiar en los populares respecto a las pasadas elecciones. «Pero si yo le doy la mano a todo el mundo y les digo que ‘malegro’ de verte», comentaba mientras según fuentes cercanas, los que le rodeaban asentían con la cabeza y repetían en bucle «claro, claro». «Además, si no me ve la gente, yo les busco con la mirada». «Claro, claro…», contestaban los que le acompañaban. «Hemos asfaltado las calles como se suele hacer en época electoral ¿no?». «Claro, claro», se volvía a escuchar.

No lo entiendo, si tenemos hasta puente nuevo»

Las mismas fuentes aseguran que un Vivas muy dubitativo empezó a lanzar a Yolanda Bel, la única que le hacía caso, una batería de preguntas para averiguar qué había podido pasar. «A ver Yolanda yo soy amable y cercano con la gente ¿verdad?». «Sí presidente, el que más», contestó. A continuación la duda fueron las barriadas, «¿les hemos prometido a todos un barrio nuevo?». «Por supuesto presidente y a los díscolos también». «Plan de Empleo hemos prometido a los amigos, se han reactivado obras paradas como la de la cuesta del 54, se ha terminado en tiempo récord la Marina», hacía balance en voz alta. «Claro, claro presidente y cuñados, primos y amigos de la infancia, los que preguntan por lo suyo, les hemos recordado la importancia de votar», respondía. «¿Y la Manzana del Revellín?», miraba extrañado a Bel, «no, eso ya se quedó así presidente». «Pero tenemos puente nuevo y a la gente le está encantando», comentaba Bel. Pero a pesar de todas las respuestas Vivas no quitaba la vista de su mano y de repetir en voz alta «pues yo no lo entiendo».