La ONU declara el cartel de la Feria de Día «crimen contra la humanidad»

Los países aliados han dado un ultimátum a Festejos, a la que consideran «reincidente en este tipo de crímenes estéticos de lesa humanidad».

«Ni los de Gibraltar hacen una cosa tan fea», han sido las rotundas palabras de Ban Ki-Moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas quien ha condenado rotundamente, entre lamentos y con las manos tapándose los ojos para evitar un contacto directo, «el crimen contra la humanidad que representa el cartel de la Feria de Día de Ceuta». «Una cosa es hacerlo ‘low cost’ y otra muy distinta es atentar directamente contra el buen gusto», explican en un manifiesto conjunto firmado por las principales potencias mundiales, encabezados por Barack Obama, quien dijo «hablar en nombre de todos los habitantes de la tierra, y de corazón, al decir qué cosa más shunga viejo».

Desde la viceconsejería de Festejos, donde no se ha escatimado en medios técnicos y mentes brillantes para su confección, no han escondido su estupor ante «las reacciones provocadas por el cartel de la Feria de Día o de la tapa o gastronómica o como se llame, porque «no es el primero tan elaborado que hacemos pero éste ha gustado más«, matizaban. Según han confesado a este medio «tan sólo es una ola en plan tsunami típico de Ceuta, con su serpentina con la bandera de Andalucía ‘miarma’, su palabra feria repetida para que cale el mensaje y una parte de las letras con miguitas por los alrededores para que quede aún más claro que hablamos de comida».

A pesar de las palabras de Festejos, la ONU ha adelantado que no se descarta acudir al Tribunal Internacional de La Haya para sentar en el banquillo a Salvador Jaramillo y Premi Mirchancartelferulaqui como cabecillas y responsables directos de tal fechoría artística. Lo que unido a actuaciones en directo como ‘Siempre Así’, y sobre todo, la de Enrique Casellas y David Gutiérrez con su hit ‘Ceuta es así’ («porque Ceuta es así, porque Ceuta es así…»), «es para volverse tururú y provocar una auténtica desgracia», aseguraban unas muy disgustadas fuentes diplomáticas.