Llega un nuevo obstáculo en la comunicación entre Ceuta y el mundo exterior con el ‘DUA afectivo’.
Era algo previsible. Si el envío a Ceuta de la bufanda que te va a regalar tu tía de Málaga puede ser objeto de retención y cobro de IPSI y DUA –según la arbitrariedad de Aduanas–, el paso siguiente era fiscalizar aparte el cariño con el que te la mandó. «Debemos velar por el cobro del impuesto a las importaciones, sea cual sea la naturaleza de éstas», ha declarado el Portavoz del Gobierno de Ceuta, Emilio Carreira, «además, el presidente Vivas no puede sacar adelante la ciudad tan solo con tu dinero: también necesita el 10% de tu amor». Ante la novedad del arbitrio, el consejero ha confesado que no ha sido fácil decidir la forma de tributar el envío de afecto: «es cierto que el cariño es algo intangible, difícil de valorar mercantilmente; por eso hemos pensado cobrárnoslo también en besos, abrazos y caricias, siempre según el estricto porcentaje establecido por ley».
Desde Correos en cambio han declarado que ellos no tienen problema alguno para saber cuánto vale el que ya denominan ‘DUA afectivo’, y que son «catorce eurazos; a no ser que te lo hagas tú solito por poco más de un euro. Prueba, anímate, es muy fácil, ya verás», advierten dos funcionarios, guiñándose entre ellos.
La Guardia Civil transferirá a diario la recaudación de cariño
Por tanto, a partir del próximo 1 de enero, todo aquel residente en Ceuta que quiera recibir muestras de amor de sus familiares y amigos de la Península deberá acercarse a su oficina postal, tramitar/pagar el DUA y darle todo lo suyo al agente de la Guardia Civil de turno en la sección de importación, para lo que se facilitará barras de labios y caramelos mentolados a todos los ciudadanos que lo soliciten. El miembro de la Benemérita irá cada tarde, perfectamente perfumado y coqueto, a transferir la recaudación al Presidente y al Consejero de Economía y Hacienda.
La indignación es general por lo que se entiende como una vuelta de tuerca al abuso, discriminación y complicaciones que sufren los ceutíes a la hora de comprar por Internet. Pero quien hace la ley hace la trampa: ya hay asociaciones de consumidores que están aconsejando a los usuarios que, a partir de Año Nuevo, «le digan a su abuela de Cádiz» que, en la declaración de envío de besos a Ceuta, engañe a Aduanas diciendo que el valor del afecto importado es menor, por ejemplo con un «cordial saludo», un «give me five, nieto!» o un «atentamente, tu abuela Carmen».
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