Él ha pensado en regalarle flores pero no termina de verlo a pesar de pedir disculpas y prometer que no volverá a ocurrir.
«La he liado», fueron las primeras palabras que se le escucharon a Javier Morey tras un certero disparo entre ceja y ceja a Abdu, el pequeño de la familia Ben Bareq, al que apenas le dio tiempo a conocer al que podría haber sido su cuñado. Confundido aún entre si es levante o poniente, el agente del CNI no pudo calcular la trayectoria de la bala. «Pensé chuparme un dedo para ver hacia donde soplaba el viento y disparar a no matar pero había que actuar rápido, cuando se ponen a gritar allauhakbar, allauhakbar… Malo», confesaba un muy asustado agente Morey, no por el suceso en sí, sino por la mirada que le lanzó Fátima. «Y eso que le pregunté en varias ocasiones ¿estás enfadada? y ella dijo que no pero no termino de creerla», relata.
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Según expertos en relaciones de pareja consultados por este medio, este suceso, aunque Morey haya insistido en que «no va a volver a repetirse», podría tener su peso definitivo para que la relación entre éste y Fátima no termine de cuajar. «Y eso que la suegra aún no se ha enterado», concretan. Por su parte, una muy dolida Fátima no paraba de repetir «yo esto no me lo esperaba de ti Javi». Instantes de confusión aprovechados por un oportunista Khaled, gran beneficiado y que jugó sus cartas como «amigo-primo comprensivo y con derecho a roce». Circunstancia que fue analizada por lo bajini en corrillos formados por los allí presentes, donde el comentario unánime fue «ese, ese es el cornúo que te dije Paqui».
Otro afectado fue Faruq que intentó mediar en el conflicto, como ya hiciera en Ucrania, aunque esta vez sin éxito. Tras el fatal desenlace se augura una tensa relación con la policía, y es que sus primeras declaraciones fueron «qué ganas tengo de que me pare la UIR». En cualquier caso Morey, que no descarta comprar flores a Fátima y quizás una caja de bombones «de las rojas esas grandes», aseguró que «muy chulo eso de en el barrio del Príncipe todo acaba en agua salada… pero yo, no estaba llorando», defendía con insistencia aunque con cara de José Antonio Carracao. A lo que matizaba que «es que me acordé, así de repente, del día que probé los corazones de pollo«, explicó.
1 Comentario
y tanto, se la va a tira el otro jae, le van a da ar morey musho por saco, subiera hecho mosurman