Tras una nueva avería el ICD convierte la piscina del Guillermo Molina en una pista de patinaje sobre hielo

Todos aquellos que no se atrevían a bajar la calle Real cuando llovía podrán ahora convertirse en expertos patinadores.

En una nueva demostración de solvencia y máxima celeridad en la resolución de problemas, el Instituto Ceutí de Deportes ha decidido hacer de la piscina una pista de patinaje sobre hielo. De todas las averías y desperfectos de las instalaciones, el piloto que indicaba que el agua estaba a una temperatura idónea era de los pocos que no se había encendido aún. No obstante, el ICD, uno de los órganos públicos que tiene la suerte de contar con mayor número de mentes privilegiadas, ha decidido tirar por la calle de en medio. «Que la gente tiene frío, pues ahora no tiene ni que quitarse la ropa y encima pueden usar la piscina igual», relataba un trabajador mientras se aplaudía a sí mismo.

Se estudia convertir las instalaciones en una escape room de temática gore

De esta forma se busca acabar con la polémica celebración de la llegada del frío con agua helada en las duchas, situación parecida a lo vivido en temporada estival, aunque en aquella ocasión el agua estaba hirviendo. Dependiendo de las fuentes consultadas tal paradoja climática podría tratarse de una broma no entendida por todos los usuarios o que al final sí que es verdad lo de esa avería de hace mucho, mucho y que a pesar de que el complejo cierra un mes para labores de mantenimiento (salvo las taquillas, puertas amputadas, sumideros que no tragan, desalojo de las cucarachas okupas, sustitución de banquetas de salida, tuberías que gotean, pasamanos rotos, pomos oxidados…) no les debió de dar tiempo a solventarlas.

De una forma u otra, esta reconversión de la piscina se entiende como una compensación a los usuarios «delicaditos», apostillan, que no terminaban de ver claro lo de ducharse con agua fría en invierno. Algo similar a lo ya ocurrido a lo largo del año con los tornos de acceso, cuya avería fue compensada con el uso gratuito de las instalaciones durante meses y que según matizan desde la gerencia «para que luego digan que no fomentamos el deporte».

Ñapa a ñapa todo abajo y uno nuevo

Todos estos problemas, que no se han resuelto ni etiquetando a Rocío Salcedo en Facebook, puede que sólo tengan una solución según fuentes de toda solvencia y es «esperar sólo un poquito más, que se siga cayendo a cachitos y si eso pues se tira y se construye otro, que es más fácil que arreglar lo que no funciona. Vamos, como el Díaz Flor», concluyen.