¿Sabiai que hay servesa sin arcó? ¡yo me queao muerto! Er sábado pasao fué la comunión der Jorgue, er chiquillo de mi primo Migué, que está casao con la Elena, que e como un sargento de la Legión pero con más mala idea. A las 12 de la mañana ya estaba er Manolito en la puerta la iglesia acompañao de su mare, que se había pegao toa la noche durmiendo en er butacón pa no estropearse er peinao, que paresía que llevaba en la cabesa un argodón de asuca con sabó a mojama. El Jorgue iba vestío de marinero y con lo gordo que está el niño cuando lo vió er cura le dijo que lo iba a recomendá pa hasé er cardo (metío con tubo y gafas) de la paella de San Antonio.
En la iglesia la cosa fué má o meno bien, yo me pasé tor rato en el ‘Milord’. Er poblema vino despué, en er convite. Por lo visto la Elena no contaba con mi presensia y ar verme empesó a ponersele cara de Iniesta despué de comerse una olla de garbanso con aserga. Yo que ya me había perdío er aniversario der GïkiSeuta no estaba dispuesto a quedarme ya sin comé, asín que la Elena, despué de disirle a mi primo cosas que no puedo reprodusí aquí por respeto a los lestore (maricona, carsonaso, comemierda, etc) asedió a recolocá las mesa y haserme un güeco, con la condisión de que solo bebiera servesa sero sero (equi en la quiniela), que allí no quería a nadie que metiera la gamba. Y eso é lo que hise: me hinché de gamba. Mi mare tiene asido úrico, er chavá que tuvo el honó de compartí mesa cormigo era alérgico ar marisco y su novia, una morena con un escote prominente me sedió las suya despué de que le preguntara dos o tres vese si ella se las iba a comé, asi que hise tripa corasón y me comí toa las gambas que pude que eran de esas gordas de a raya.
Luego pusieron unas berejena con mié y unos medallone de solomillo a la pimienta, que se los cambié a un niño gordo que había en la mesa de al lao por er plato de gamba que tenian sin acabá. Una vé terminao er banquete y sintiéndome yo un poquito raro, me despedí de mi primo y der Jorgue que se iban a Urodisnei con er Pluto… y con su pluta madre, la Elena. Despué de ese día he llegao a la conclusión de que la servesa sin arcó es mas dañina que la servesa normá, porque a mi con la Lander nunca me se han hinchado los tobillo ni los deo de los pié, ni me se cae ni una gota.
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