La gorra de plato extra-paellera del marinero ruso entró pero no salió y lo que comenzó como una foto para el recuerdo, se convirtió en un susto inolvidable. Un becario de Serrán Pagan liberó tres horas más tarde la cabeza del muy intrépido marino.
El marinero ruso de 27 años, Vladimir Quinientasv, enrolado en uno de los buques de guerra que han atracado en el puerto caballa se lleva de Ceuta una historia inolvidable para contar entre amigos y chupitos de vodka. Lo que comenzó como una jornada de asueto por las calles ceutíes, disfrutando del levante, tiendas y cafeterías cerradas en domingo, como es tradición en Ceuta, se convirtió en un verdadero susto de muerte. Vladimir, acompañado de otros cinco compañeros marineros, procedieron durante su paseo a la tradicional foto con la estatua de Hércules.
Según informaron los propios compañeros a la Cruz Roja, «Vladirmirrrrr es muy brrromista y se le ocurrrió hacerrrse una foto mirrrándole la bolsa escrotal a la estatua«. Y fue al introducir la cabeza entre las piernas del Hércules, cuando se produjo el encaje y posteriores escenas de pánico. Afortunadamente para Vladimir, en ese momento pasaba por allí la concejala del PP, Rocío Salcedo, que quien alertada por el suceso se rompió una uña del susto, pero antes de ser evacuada al Hospital pudo contactar vía twitter con compañeros de partido, Milagros García a su vez se percató del asunto gracias a la red social y llamó al Delegado del Gobierno, quien se encontraba de fin de semana romántico, por lo que se dio aviso a la Policía Local y Bomberos, que llamaron en balde a Juan Vivas (de escapa romántica) y Márquez, de viaje en Sevilla al ser abonado del Real Betis. Mohamed Alí y Juan Luis Aróstegui fueron vistos por la zona en un coche volviendo de tomar té en Benzú pero al ver tal aglomeración optaron por acelerar ante el riesgo de trabajar en domingo.
Tras la foto, Vladimir intentó sacar la cabeza sin éxito. Todo apunta a que la gorra de plato extra-paellera «se dobla hacia dentro y no hacia fuera, para evitar salir volando» según se recoge en la -página web del Ministerio de Defensa ruso-, además de que le hicieron vacío “sus grrrandes orrrejas”. El marinero ruso estuvo encajado alrededor de tres horas, el tiempo que tardó el héroe de la tarde, un becario del artista ceutí Serrán Pagán que pasaba también por allí, y que le «untó aceite de frituras que nos dieron amablemente los del Impacto» para que posteriormente, «tirando de las piernas», saliera fácil. Eso sí, «ha dejado rastros de carne entre las piernas del coloso«, comentaba el becario entre vítores de todos los presentes en el espectacular operativo.
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