«Lo ha disfrutado hasta la abuela que pudo incluso terminar y vender una bata de cola de ganchillo», cuenta África, madre de la joven que el pasado sábado celebró su primera comunión en la kilométrica cola de la frontera.
Adaptarse o morir, ese es el dicho al que ha echado mano una familia de Juan XXIII que viendo que iban a pasar la mitad del fin de semana en un atasco cuando intentaban ir de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen al convite, improvisó y celebró la comunión de su hija mayor, Afriquita, dentro de la cola de la frontera. «Se lo pasó en grande, pudieron correr entre los coches, bajar a la playa para tirarse piedras y mientras la cola avanzaba, es un decir», matiza la abuela, «pusimos una mesa de playa con sandwiches de Nocilla, refrescos, chuches y frutos secos que le compramos a un ‘Vitamina'». Aprovechando incluso que en la cola había una furgoneta de una empresa de animación, Afriquita pudo hasta contar con un castillo hinchable.
Un estudiante llegó a sacarse las oposiciones a juez
Un caso similar de saber aprovechar el tiempo es el del estudiante de derecho, hoy ya juez, Mustafa, «en la primera cola gorda me saqué la carrera y en la siguiente me tiré los últimos tres meses antes de las oposiciones cuando iba a comprar verduras y naranjas a Castillejos, menos mal que llevaba los apuntes en el coche». Estos atascos kilométricos han dado lugar a más situaciones pintorescas como el de una mujer cuya familia la daba por desaparecida pero milagrosamente un día apareció. Y con la compra hecha. «Yo estaba en la flor de la vida. Me iba a casar con mi novio del instituto y cuando llegué a casa Antonio había rehecho su vida, tenía otra mujer, dos hijos y hasta se había comprado un perro«, cuenta con rabia mientras maldice «a la aduana, los mehani, la policía española… me han quitado años de mi vida».
Por último, este medio está en posición de asegurar en exclusiva que el mismísimo Iker Jiménez, una vez más se desplazará hasta Ceuta para estudiar un caso que ya alcanza la categoría de lo paranormal «ahora hay atasco, ahora no, tremendo enigma», relata con cara de intriga. Y es que según el comandante de la nave del misterio, «la frontera de Ceuta se está convirtiendo en un punto caliente a nivel mundial junto al triángulo de las Bermudas y la séptima planta del Partido Popular en la calle Génova».
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