Una ceutí residente en Sevastopol, Ucrania, ha aprovechado el voto por correo para felicitar a su madre, vocal en una de las 94 mesas de Ceuta. «Era la única forma de llegar a tiempo», declaró apesadumbrada al conocer que su sufragio sería nulo.
Las jornadas electorales si por algo destacan además de por ser una ‘fiesta de la democracia’ es por la multitud de anécdotas que quedan para el recuerdo. Antonia Jiménez, una caballa residente desde hace dos años en la ciudad ucraniana de Sevastopol será una de esas personas cuya historia ya siempre quedará ligada a este 22 de Mayo.
Desde su marcha por motivos laborales, es una de las personas encargadas de averiguar el paradero del desaparecido León de Correos, Antonia siempre fue puntual a la hora de felicitar a su madre por medio de una tarjeta postal. Sin embargo, este año por diferentes cuestiones el asunto se retrasó. «Lo tenía todo preparado pero al final me pilló el toro y no tuve más remedio que aprovechar el voto por correo«, comenta. Según afirma esta trabajadora postal, «si Correos funciona mal en España imagina en Ucrania, además estaba todo pensado, le hice una ‘marquita’ para que mi madre supiera que era el mío, cogiera la postal y a continuación depositara mi voto para Juan».
Sin embargo, la voz de felicidad de quien piensa haber conseguido su propósito siguiendo técnicas más propias de MacGyver torna a aflicción al ser informada telefónicamente por WC de que su voto sería nulo. «¿Pero la postal la verá mi madre no?», preguntó al conocer este dato olvidándose ya del voto. «Es una pena, también le metí debidamente envasado un poco de embutido ucraniano, muy rico, y algún dulce típico de los que nos gustan». Pero la sensación de rabia es ya absoluta cuando desde este medio se le advierte de que el motivo que le llevó hasta lejanas tierras, ya está resuelto desde el pasado mes de abril. «Me habrán avisado por carta», comentó sin apenas rencor.
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